La verdad es que yo nunca he sido una eurofan enorme, a veces quedamos para ver la final pero sobre todo es por las coñas y los memes, y no por un seguimiento enorme de la selección y los finalistas. Es más por las risas, por la emoción, y por un interés por la música que no es ni mucho menos lo que más me emociona del festival. Cuando el año pasado ganó Salvador Sobral eurovisión, mis amigas y yo dijimos que podríamos mirar las entradas para Portugal. Pero luego no hicimos nada y cuando mi padrino dijo que iba, yo comenté que estaba interesada. Y ahí sí comenzó esta aventura.
El 31 de Diciembre, mi cumpleaños, mi padrino me descubre la sorpresa mientras me acerca a casa tras pasar un rato con ellos. Han alquilado el piso ya, que tiene
cancelación, pero que aún no han salido las entradas. Solo una parte y
no de grada, que son las que nos interesan porque vamos con una niña de 9
años que no aguanta ese espectáculo de pie ni loca. Casi no lo
aguantaría ni yo.
Viejoven, dirán algunos.