Hace poco fue mi aniversario con Martín, 5 años ya. Este año nos intercambiamos pdfs con los regalos, ya que el mío era para noviembre y otro de los suyos también, pero uno de ellos, aunque se equivocara, era una cena para el propio día del aniversario. Así que por la noche tenía que arreglarme para una cena, pero no sabíamos a dónde ir.
Podíamos haber repetido alguno de los restaurantes en los que ya habíamos estado, pero acabamos mirando tripadvisor y optando por probar uno nuevo, en concreto, el número uno de Oviedo.
Me apetece mucho hablaros de estas cosas, de restaurantes que me gustan y sitios donde nos tratan bien. Este restaurante cumple ambos aspectos, porque el trato fue impresionante y el entorno también. Es cierto que no debimos escoger un buen día para la cena, pues todo el restuarante estaba lleno y tres mesas (largas) eran una comida de grupo y el ruido era considerable. Sin embargo ni el ruido ni la lluvia de ese día (y llovió mucho) pudieron ensombrecer el local.
Nada más llegar nos subieron a la planta superior del restaurante, con una luz tenue y los muebles de madera oscura que le daban a todo un aire... caro. Porque normalmente cuando un restaurante es el número uno de una localidad te esperas pagar mucho. Nosotros ya habíamos mirado el precio y sí, es caro, pero en Oviedo hay restaurantes cuyos platos cuestan más que los que nos sirvieron, y su calidad no era precisamente mejor.
Porque, aparte de una atención cuidada en cada momento, lo que ganó en este restaurante fue su relación calidad precio, y lo que lo hace un restaurante tan bien valorado son sus platos y lo bien que a uno le aconsejan.
El camarero nos atendió no solo con amabilidad, sino sacándonos la sonrisa al instante con la suya propia. Nos aconsejó sobre la cantidad de platos y también sobre qué vino tomar, y entre platos nos iba preguntando si todo iba bien. Por supuesto eso iba incluido en el precio, pero la verdad es que se agradece esa actitud tan detallista.
Y por si fuera poco, nos dieron un entrante de arroz con verduras impresionante para ir haciéndonos la boca agua y que la espera para los platos fueran cortos. El entrante de vieiras con langostinos y setas estaba delicioso, aunque la mermelada de remolacha no me entusiasmara, y ese solo era el primer plato.
Aun así, nos quedamos con platos que nos apetecía probar, pues la carta es extensa y muchos platos eran de los de hacer la boca agua con leer su nombre. Probamos dos entrantes para compartir (todas las fotos que pongo son la mitad de un plato completo), uno de ellos de pescado y otro de carne, ambos impresionantes y distintos a lo que había probado, aunque el pitu caleya dice Martín que lo ponen más rico en el Naguar.
Por otro lado los dos "segundos" fueron de carne, un steak tartar y un plato de ciervo. Ahí tal vez vimos el único "patinazo" de cocina, pues el camarero nos había hablado de sacar primero el tartar y seguido el ciervo y sin embargo este fue al revés. El resultado fue que el tartar, un plato más suave, quedó al final cuando podría habernos ayudado a bajar los entrantes y dejar un sabor más limpio para la carne. Pero bueno, no me importó porque el sabor del tartar era delicioso y mejor quedarse con ese recuerdo que con el de una carne que no me dijo nada.
De los postres solo tengo alabanzas, tanto como con el milhojas como con el postre de chocolate. El sabor del helado de frambuesa era tan intenso que puedo notar la acidez, y combinandolo con el chocolate, entraba solo. El resultado fue una noche diez, aunque el bicho estuviera un buen rato lloriqueando por un trabajo del máster que le iba a llevar por el valle de la amargura.
En resumen, sí, el restaurante del Arco era un pelín caro, pero lo pagas. Lo pagas porque sus platos son deliciosos y bien cuidados tanto en aspecto como en manipulación, y lo pagas por la atención que te dan, vigilando que todo vaya bien pero sin llegar a agobiar. El restaurante número uno de Oviedo no lo es por fama indebida, sino porque sabe cuidar al cliente aunque el restaurante esté completamente lleno y solo seamos una pareja de estudiantes de aniversario.
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Mantener los restaurantes con una buena iluminación es esencial para crear una experiencia culinaria agradable. La iluminación adecuada no solo influye en la estética del lugar, sino también en el ambiente y el estado de ánimo de los comensales.
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