¡Buenos días!
Tras mi "corta" crónica de mi estancia en el salón del manga de barcelona, y como os avisé, os traigo una entrada hablando poco a poco de mis cosplays. Esta entrada va dedicada al cosplay que hice el sábado 31 de octubre: Sayaka Miki.
Sayaka Miki es un personaje de la serie
Madoka Magica. Se trata de una joven con el pelo azul y su traje consiste en una camisa palabra de honor sujeta por una armadura de pecho, una falda plisada en desnivel, medias blancas hasta por encima de la rodilla y botas azules. Todo eso adornado con una capa blanca, guantes blancos y unas mangas azules para el antebrazo.
En este cosplay utilicé tela sencilla azul, un sujetador blanco, una camisa de primark y tela blanca. Los guantes blancos y las medias son de los chinos. Las botas las compré en chicfy y las customicé lo mejor que sé.
Lo primero que empecé a hacer fue la
armadura sujetador. No qería tampoco que pareciera armadura porque utilizar
paperclay (con lo que los cosplayers pobres hacemos armaduras) al parecer es muy complicado y se agrieta, así que mi idea principal era encontrar la forma de endurecer lo suficiente la tela para que no necesitara
imprimación y no absorbiera la pintura en spray. Normalmente la imprimación universal es un producto caro y leroy merlín no vendía solo imprimación para telas (y la pintura de tela en spray no existe en oviedo), por lo que empecé a preguntar a una amiga de artes si conocía algún método y luego me puse a mirar yo. Lo más parecido que encontré fue que los artistas, para “imprimar” el lienzo para pintar, pueden llegar a usar
cola blanca y agua. Así endurecen un poco el lienzo y además hacen que la pintura se adhiera mejor. Como supondréis la cola blanca y el agua no son productos muy caros, así que hice la prueba.
Eché varias capas de aquella “
mezcla art attack” al sujetador, dejando que secara al sol. Por suerte esa parte fue fácil pues mi casa se orienta al sur. Tras la primera capa, el sujetador estaba endurecido, la banda de cierre tenía una textura de cartulina. Hora de pintar.
En un primer momento pensé en bajarme a la parte baja de mi edificio con papel de periódico o similares para pintar en spray, pero finalmente hice una
estructura de contención a base de cajas de pizza, con una base y paredes para evitar que la pintura diera a alguna parte de la cocina. Eché dos capas de pintura azul (dejando que secara, obviamente) y así conseguí la capa base de mi armadura. Más adelante utilicé un
permanente dorado para los bordes de la armadura, midiendo un centímetro para hacer el borde.
Et voilà! un sujetador convertido en armadura, versión low-cost.
Mi siguiente compra
low cost fueron los botines de sayaka. En una tienda en santander había visto unos parecidos a los que lleva en el anime, pero con tela similar al ante y difícil de manipular, por 20 euros. Por suerte una amiga me había mostrado
chicfy hacía tiempo. Chicfy es una tienda online en la que vendedoras españolas ponen a la venta su ropa de segunda mano, por el precio que ellas elijan. Los gastos de envío rondan los 4 euros entre semana y los dos en fin de semana, e incluso a veces hay ciertas ofertas especiales donde se vuelven 1 euro. Estuve haciendo búsquedas varios días a ver si alguien vendía botines azules por un módico precio, y al final di con lo que quería. unos botines muy parecidas a las de sayaka, con la única diferencia de ser planos y llevar unas cadenas bastante fáciles de quitar. Utilicé el mismo permanente dorado que en el sujetador para hacer el borde a un centímetro de la parte superior e inferior y corté la sujección de las cadenas, dejando unas botas lisas con un parecido alto a las de sayaka.
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Ahí todavía está solo hilvanada, pero bue. |
Y luego comenzamos la odisea. Porque llegaba la costura. Para ahorrarme un poco de trabajo, en vez de comprar tela de camisa y hacerme el patrón, fui a primark y compré la primera camisa blanca que vi. Corté la parte superior de la camisa para dejarla en palabra de honor y la inferior para darle la forma que tiene el personaje, dejando el ombligo al aire. Esa parte fue sencilla. Corté e hilvané y me lo pensaba llevar a santander para coserlo en máquina, pero el destino tuvo otros planes. Al final cosí y fruncí el dobladillo a mano, dejándolo con las ondas parecidas a las de sayaka. Un consejo:
si pensáis fruncir directamente una prenda, sin añadirle una zona fruncida después, añadid mucha más tela de la que envuelve a vuestro cuerpo. Por suerte mi camisa era grande, pero cuando me la puse fruncida la primera vez noté cierta tensión en la costura y tuve que soltarme algunas zonas para evitar que rompiera del todo. Al final y tras unas horas cosiendo a mano, la camisa estuvo terminada.
Pero mi odisea continuaba. En primer lugar, porque
las medias eran imposibles de encontrar. Yo pensaba que las medias blancas hasta por encima de la rodilla existían, pero un rápido vistazo a las tiendas como calcedonia o similares me demostró que no. Ni siquiera había medias blancas para adultos, como si fuera una blasfemia llevar algo así. Estuve pensando pasar por un
sex-shop y encontrar algo cuando de pura casualidad eché un vistazo a unos chinos en halloween y las encontré entre otras medias más típicas de esa época, como son las cubiertas en sangre o con telarañas. Después de estar muriendo por encontrarlas (no existían ni en páginas de internet especializadas en calcetines y medias), creo que sonó el aleluya. No dudé y en dos segundos estaba saliendo de la tienda con mis medias. En esa misma tienda, poco después, compraría los guantes blancos.
Y llegamos a mi horror máximo:
la falda. Como os describí antes, la falda era plisada y desnivelada. Si me preguntáis,
eso se traduce en el horror más absoluto. Intenté seguir un tutorial especializado en la falda de sayaka, pero fue un poco desastre. Primero te daban unos cálculos que a mi, leyendo, me parecían lógicos:
divides la falda en varios pliegues de una medida concreta y luego lo vas doblando. Pero no encontraba la forma de que me quedara con el ancho apropiado para coser, así que solo pude mirarlo, llorar al no entender qué tenía que hacer, y despertarme a las dos de la mañana para al menos hacer algo y no mandar a la mierda todo el cosplay. Finalmente necesité tres partes para hacer la falda, añadiendo luego el dobladillo para la cintura y, por supuesto, la cremallera para subirme y bajarme la falda
(mi madre cuando le dije lo de la cremallera me preguntó si no era mejor una cintura elástica y yo, al borde de matar a alguien, casi cometo un matricidio. Hacer cosplays en el último momento no es recomedable). El resultado es aceptable porque, de nuevo, tuve que coser a mano toda la falda, pero al menos aprendí a hacer dobladillos bien y cada vez las puntadas me salían más rectas. Eso sí, podría haber escogido una cremallera mejor para la falda, todavía tengo que arreglar eso.
La capa no me costó tanto. Encontré un patrón que explicaba como hacer la forma de la capa de sayaka de modo que los hombros quedaran cubiertos y, tras pelearme un poco poniendo alfileres y recortando, el resto fue
coser y cantar (o, en mi caso, coser y ver pokémon). Me quedó un poco más corta que la original, y no hice el cuello por el sencillo motivo de que las gargantillas me dan arcadas, pero estoy contenta con el resultado.
Me quedaban algunos detallitos como el cinturón o el adorno del pelo. El cinturón obviamente es comprado, y el adorno está hecho con goma eva dorada y una horquilla del mismo color. Pensé en pegarlo a la peluca en caso de no sostenerse, pero aguanta bastante bien y en su sitio durante todo un día. También compré lentillas azules y la parte más divertida de hacer de este cosplay:
la gema de alma.
En el ombligo de sayaka hay una gema con forma de luna y borde dorado que debíamos hacer. Tras una búsqeda exhaustiva por los centros comerciales y chinos locales, llegué a la conclusión de que nadie hace cubiteras con forma de luna, ni existe molde alguno de silicona con esa forma. Por ello y resignada, acabé haciendo un molde con fimo.
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Saludad a mi torpeza natural para moldear |
¿Y para qué, os preguntaréis? Porque, según los tutoriales de internet,
las gemas se hacen con resina epoxi o de poliester, teñidas con laca de bombilla. Compramos la resina y la laca en una tienda de pinturas que también contaba con una zona para carrocerías, acompañada de su catalizador. La resina de poliéster es altamente tóxica y por ello trabajamos con
guantes y mascarilla. Pesamos la resina (para saber la cantidad de catalizador necesaria para que endureciera) y echamos laca de bombillas. En este momento descubrimos que también sirve tinta
de rotulador, ya que María necesitaba una gema morada y la laca violeta era azul. Tras mezclar y obtener el color deseado, añadimos el catalizador y volcamos el contenido en el molde previamente cubierto con vaselina (o aceite). Como nos sobraba y maría tenía una cubitera de plástico, hicimos varias semiesferas de distintos colores. Y aquí es mejor que recomiende decir que
vale más echar menos catalizador que en exceso, ya que la reacción que se produce entre la resina y el catalizador es exotérmica, libera calor y puede llegar a derretir el plástico. El molde de fimo es reutilizable y, como tenía tiempo, hice dos gemas y aproveché para echar una capa sobre la primera que hice, que había quedado un poco rugosa. Finalmente tenía el cosplay hecho, y pegarlo a la tripa fue tan sencillo como usar cinta de doble cara (aunque admito que alguna solución algo más duradera no estaría mal).
Así que aquí lo tenéis. Puede que me falten algunas cosas, como el cubrefalda, las mangas azules o la espada, pero serán detalles que vaya añadiendo al cosplay con más calma. De momento Sayaka, junto con mis compañeras Homura y Mami, fue un éxito y lo pasamos en grande.
¿Vosotros sois cosplayers? ¿Tenéis algún truco low cost a la hora de disfrazaros?