Organizando las navidades: Listas de regalos



Con navidad a la vuelta de la esquina es hora de empezar a prepararse. Y hace mucho que no os hablo de libros pero como sabéis este blog es un poco de todo, así que no sé de qué os sorprendéis.

Hoy quería hablaros de las listas de regalos. Sé que muchos usaréis la wishlist de amazon para mostrar al mundo lo que os apetece. Amazon permite que la gente que entra a la wishlist pueda comprar y enviar el regalo a la persona interesada sin necesidad de conocer su dirección. La verdad es que yo no lo he usado, aunque tenga mi wishlist por ahí esperando ser actualizada.
Pero en realidad os hablo de aquellas listas en las que podéis poner de todo, invitar a gente, gestionar prioridad de los objetos... lo que queráis. ¿Cómo conocí estas páginas? Intentad gestionar regalos cuando tus padres están divorciados.

La primera lista que conocí fue wishlists.es, y es la que he utilizado durante dos años. La descubrí cuando fui consciente del riesgo de recibir dos veces el mismo regalo cuando mis padres no se comunican los regalos, y se lo comenté a mi padre. Tras buscar en internet encontramos esta página sencilla pero eficaz, y sin mirar mucho más, le dimos el visto bueno.
Wishlists.es tiene un sistema sencillo de listas por invitación. Una vez te identificas puedes ver tus listas y aquellas listas en las que estás invitada.
Cuenta con la ventaja de la privacidad, de poder gestionar las listas y el permitir que los invitados reserven el objeto para no acabar con dos regalos iguales. Además te permite establecer la importancia que le das a cada regalo y un precio estimado. Pero no te permite editarlo: si quieres añadir una imagen o un link, o arreglar algo que viste mal, debes borrar y volver a añadir el artículo de nuevo. Es como twitter, muchas funciones pero no puedes editar.
Además, hay veces que las tildes o ciertos símbolos no son aceptados por la página y generan errores, por eso acabé empezando mi odisea en busca de una nueva página.
Una pequeña preview de la página

Otra de mis opciones es wishlistr. Es una página sencilla bastante intuitiva y un poco más bonita que la anterior. El problema es que es pública, y a mi padre no le gusta eso de que todo el mundo vea lo que quiere (no sé por qué, la verdad). No permite establecer una preferencia en los regalos, pero sí organizarlos dentro de la lista (los que más te interesen arriba y los que menos abajo, por ejemplo). Además permite que la gente reserve un objeto sin necesidad de invitación, solo pasando el enlace. La persona que crea la lista tiene una opción de ver si el regalo está o no reservado, y eso a mi padre le tira para atrás, pero hacerlo con cualquiera de las opciones es también sencillo y no debería frenar a nadie para usar este servicio. También puedes editar el objeto y añadir links, aunque no un precio relativo que sin embargo sí puedes poner en la opción de comentarios.
La página que ve el público puede personalizarse con distintos estilos, y existe un botón para reservar un objeto.
De momento esta es la opción que más me gusta. Además te permite importar listas de deseos desde Amazon y Delicious, o seguir las listas de tus amigos y ver las novedades que añaden. Si queréis hacerme algún regalito, también he añadido cosas virtuales y mi correo está en la sección de contacto del blog ;)


Mi padre, sin embargo, quería usar addwish.com. Addwish se parece a wishlists, en que la forma de agregar regalos es similar y el hecho de que la reserva no se puede ver con tanta facilidad (quien hace la ley hace la trampa, se puede ver, pero necesitas dos usuarios). Permite editar los objetos, no establecer una prioridad sobre ellos, pero sí un precio orientativo. Además cuenta con app y una función de "inspiración" a la hora de añadir regalos, en los que puedes añadir un link a la web en la que lo compras y te avisa si baja de precio. También tiene un poco de personalización de la página, similar a la cabecera de facebook, y se puede añadir imágenes a los objetos directamente de google imagenes. Sin embargo el hecho de que no exista una forma de priorizar y que el orden en el que aparezcan los objetos sea por orden de publicación me hace recelar del buen uso de la página.



De momento estas son las tres páginas que más funcionalidad me han ofrecido. La gente puede reservar el regalo que quieran, que es lo que yo buscaba, y puede que así no acabe con regalos repetidos. Yo creo que este año experimentaré con wishlistr, aunque ya veis que mi padre andará usando otra y posiblemente me entere de su funcionamiento igual.

¿Y vosotros? ¿Hacéis listas de regalos? ¿Conocéis alguna página más de este estilo?

No os olvidéis de hacer la lista de regalos, que los reyes no son adivinos ;)

Cosplay: Sayaka Miki {Barcelona 2015}

¡Buenos días!
Tras mi "corta" crónica de mi estancia en el salón del manga de barcelona, y como os avisé, os traigo una entrada hablando poco a poco de mis cosplays. Esta entrada va dedicada al cosplay que hice el sábado 31 de octubre: Sayaka Miki.

Sayaka Miki es un personaje de la serie Madoka Magica. Se trata de una joven con el pelo azul y su traje consiste en una camisa palabra de honor sujeta por una armadura de pecho, una falda plisada en desnivel, medias blancas hasta por encima de la rodilla y botas azules. Todo eso adornado con una capa blanca, guantes blancos y unas mangas azules para el antebrazo.

En este cosplay utilicé tela sencilla azul, un sujetador blanco, una camisa de primark y tela blanca. Los guantes blancos y las medias son de los chinos. Las botas las compré en chicfy y las customicé lo mejor que sé.

Lo primero que empecé a hacer fue la armadura sujetador. No qería tampoco que pareciera armadura porque utilizar paperclay (con lo que los cosplayers pobres hacemos armaduras) al parecer es muy complicado y se agrieta, así que mi idea principal era encontrar la forma de endurecer lo suficiente la tela para que no necesitara imprimación y no absorbiera la pintura en spray. Normalmente la imprimación universal es un producto caro y leroy merlín no vendía solo imprimación para telas (y la pintura de tela en spray no existe en oviedo), por lo que empecé a preguntar a una amiga de artes si conocía algún método y luego me puse a mirar yo. Lo más parecido que encontré fue que los artistas, para “imprimar” el lienzo para pintar, pueden llegar a usar cola blanca y agua. Así endurecen un poco el lienzo y además hacen que la pintura se adhiera mejor. Como supondréis la cola blanca y el agua no son productos muy caros, así que hice la prueba. 

Eché varias capas de aquella “mezcla art attack” al sujetador, dejando que secara al sol. Por suerte esa parte fue fácil pues mi casa se orienta al sur. Tras la primera capa, el sujetador estaba endurecido, la banda de cierre tenía una textura de cartulina. Hora de pintar.

En un primer momento pensé en bajarme a la parte baja de mi edificio con papel de periódico o similares para pintar en spray, pero finalmente hice una estructura de contención a base de cajas de pizza, con una base y paredes para evitar que la pintura diera a alguna parte de la cocina. Eché dos capas de pintura azul (dejando que secara, obviamente) y así conseguí la capa base de mi armadura. Más adelante utilicé un permanente dorado para los bordes de la armadura, midiendo un centímetro para hacer el borde.
Et voilà! un sujetador convertido en armadura, versión low-cost.


Mi siguiente compra low cost fueron los botines de sayaka. En una tienda en santander había visto unos parecidos a los que lleva en el anime, pero con tela similar al ante y difícil de manipular, por 20 euros. Por suerte una amiga me había mostrado chicfy hacía tiempo. Chicfy es una tienda online en la que vendedoras españolas ponen a la venta su ropa de segunda mano, por el precio que ellas elijan. Los gastos de envío rondan los 4 euros entre semana y los dos en fin de semana, e incluso a veces hay ciertas ofertas especiales donde se vuelven 1 euro. Estuve haciendo búsquedas varios días a ver si alguien vendía botines azules por un módico precio, y al final di con lo que quería. unos botines muy parecidas a las de sayaka, con la única diferencia de ser planos y llevar unas cadenas bastante fáciles de quitar. Utilicé el mismo permanente dorado que en el sujetador para hacer el borde a un centímetro de la parte superior e inferior y corté la sujección de las cadenas, dejando unas botas lisas con un parecido alto a las de sayaka.



Ahí todavía está solo hilvanada, pero bue.
Y luego comenzamos la odisea. Porque llegaba la costura. Para ahorrarme un poco de trabajo, en vez de comprar tela de camisa y hacerme el patrón, fui a primark y compré la primera camisa blanca que vi. Corté la parte superior de la camisa para dejarla en palabra de honor y la inferior para darle la forma que tiene el personaje, dejando el ombligo al aire. Esa parte fue sencilla. Corté e hilvané y me lo pensaba llevar a santander para coserlo en máquina, pero el destino tuvo otros planes. Al final cosí y fruncí el dobladillo a mano, dejándolo con las ondas parecidas a las de sayaka. Un consejo: si pensáis fruncir directamente una prenda, sin añadirle una zona fruncida después, añadid mucha más tela de la que envuelve a vuestro cuerpo. Por suerte mi camisa era grande, pero cuando me la puse fruncida la primera vez noté cierta tensión en la costura y tuve que soltarme algunas zonas para evitar que rompiera del todo. Al final y tras unas horas cosiendo a mano, la camisa estuvo terminada.

Pero mi odisea continuaba. En primer lugar, porque las medias eran imposibles de encontrar. Yo pensaba que las medias blancas hasta por encima de la rodilla existían, pero un rápido vistazo a las tiendas como calcedonia o similares me demostró que no. Ni siquiera había medias blancas para adultos, como si fuera una blasfemia llevar algo así. Estuve pensando pasar por un sex-shop y encontrar algo cuando de pura casualidad eché un vistazo a unos chinos en halloween y las encontré entre otras medias más típicas de esa época, como son las cubiertas en sangre o con telarañas. Después de estar muriendo por encontrarlas (no existían ni en páginas de internet especializadas en calcetines y medias), creo que sonó el aleluya. No dudé y en dos segundos estaba saliendo de la tienda con mis medias. En esa misma tienda, poco después, compraría los guantes blancos.

Y llegamos a mi horror máximo: la falda. Como os describí antes, la falda era plisada y desnivelada. Si me preguntáis, eso se traduce en el horror más absoluto. Intenté seguir un tutorial especializado en la falda de sayaka, pero fue un poco desastre. Primero te daban unos cálculos que a mi, leyendo, me parecían lógicos: divides la falda en varios pliegues de una medida concreta y luego lo vas doblando. Pero no encontraba la forma de que me quedara con el ancho apropiado para coser, así que solo pude mirarlo, llorar al no entender qué tenía que hacer, y despertarme a las dos de la mañana para al menos hacer algo y no mandar a la mierda todo el cosplay. Finalmente necesité tres partes para hacer la falda, añadiendo luego el dobladillo para la cintura y, por supuesto, la cremallera para subirme y bajarme la falda (mi madre cuando le dije lo de la cremallera me preguntó si no era mejor una cintura elástica y yo, al borde de matar a alguien, casi cometo un matricidio. Hacer cosplays en el último momento no es recomedable). El resultado es aceptable porque, de nuevo, tuve que coser a mano toda la falda, pero al menos aprendí a hacer dobladillos bien y cada vez las puntadas me salían más rectas. Eso sí, podría haber escogido una cremallera mejor para la falda, todavía tengo que arreglar eso.

La capa no me costó tanto. Encontré un patrón que explicaba como hacer la forma de la capa de sayaka de modo que los hombros quedaran cubiertos y, tras pelearme un poco poniendo alfileres y recortando, el resto fue coser y cantar (o, en mi caso, coser y ver pokémon). Me quedó un poco más corta que la original, y no hice el cuello por el sencillo motivo de que las gargantillas me dan arcadas, pero estoy contenta con el resultado.


Me quedaban algunos detallitos como el cinturón o el adorno del pelo. El cinturón obviamente es comprado, y el adorno está hecho con goma eva dorada y una horquilla del mismo color. Pensé en pegarlo a la peluca en caso de no sostenerse, pero aguanta bastante bien y en su sitio durante todo un día. También compré lentillas azules y la parte más divertida de hacer de este cosplay: la gema de alma.

En el ombligo de sayaka hay una gema con forma de luna y borde dorado que debíamos hacer. Tras una búsqeda exhaustiva por los centros comerciales y chinos locales, llegué a la conclusión de que nadie hace cubiteras con forma de luna, ni existe molde alguno de silicona con esa forma. Por ello y resignada, acabé haciendo un molde con fimo.
Saludad a mi torpeza natural para moldear


¿Y para qué, os preguntaréis? Porque, según los tutoriales de internet, las gemas se hacen con resina epoxi o de poliester, teñidas con laca de bombilla. Compramos la resina y la laca en una tienda de pinturas que también contaba con una zona para carrocerías, acompañada de su catalizador. La resina de poliéster es altamente tóxica y por ello trabajamos con guantes y mascarilla. Pesamos la resina (para saber la cantidad de catalizador necesaria para que endureciera) y echamos laca de bombillas. En este momento descubrimos que también sirve tinta de rotulador, ya que María necesitaba una gema morada y la laca violeta era azul. Tras mezclar y obtener el color deseado, añadimos el catalizador y volcamos el contenido en el molde previamente cubierto con vaselina (o aceite). Como nos sobraba y maría tenía una cubitera de plástico, hicimos varias semiesferas de distintos colores. Y aquí es mejor que recomiende decir que vale más echar menos catalizador que en exceso, ya que la reacción que se produce entre la resina y el catalizador es exotérmica, libera calor y puede llegar a derretir el plástico. El molde de fimo es reutilizable y, como tenía tiempo, hice dos gemas y aproveché para echar una capa sobre la primera que hice, que había quedado un poco rugosa. Finalmente tenía el cosplay hecho, y pegarlo a la tripa fue tan sencillo como usar cinta de doble cara (aunque admito que alguna solución algo más duradera no estaría mal).


Así que aquí lo tenéis. Puede que me falten algunas cosas, como el cubrefalda, las mangas azules o la espada, pero serán detalles que vaya añadiendo al cosplay con más calma. De momento Sayaka, junto con mis compañeras Homura y Mami, fue un éxito y lo pasamos en grande.



¿Vosotros sois cosplayers? ¿Tenéis algún truco low cost a la hora de disfrazaros?

#SalonMangaBCN 2015: mi experiencia

¡Holahola!
Como siempre cuando voy a un evento, me gusta hacer una crónica de él. Y justo coincide que acabo de volver del salón del manga de barcelona, organizado en la fira montjuic entre el 29 y el 1 de noviembre. Yo asistí tres dias, de viernes a domingo, y la experiencia, como siempre, es agotadora pero satisfactoria.
Puede que, si habéis estado un poco atentos al tema del salón, sepáis que las entradas estaban casi agotadas antes de que este empezara. Las entradas para el sábado 31 fueron las primeras en agotarse, seguidos de los bonos y de las del domingo 1. Si no podías comprar la entrada por internet, no ibas.
La entrada normal costaba ocho euros más cincuenta céntimos de gastos de gestión, y luego llegaba un pdf al correo que se podía imprimir o descargar la apk de passwallet para tener la entrada en el móvil. El bono tenía un precio de 24 euros, es decir, te salía rentable si ibas tres días mínimo. Yo cogí bono.

Y aquí mi experiencia resumida de los tres días.

Viernes 30.


Tras despertarme a las 5 de la mañana y coger un vuelo desde Asturias a las siete, llegamos al apartamento donde nos quedábamos a las 11. Salimos de ahí rondando la una. Mis compañeras vestían de sims alienígenas. Yo no había encontrado el rombo y acabé resignada y yendo de persona (creedme, no me dolió tanto no ir cosplayada).
La entrada al recinto fue rápida, casi sin colas, lo cual estuvo bien (la mayoría de la gente estaba saliendo a comer). Nosotras entramos directas a la zona de stands y comenzamos a hacer rondas y ver el panorama.

El salón del manga se dividía en tres recintos. Uno de ellos era básicamente el de merchandising y fanzines, intercalado con algna exposición y la zona de pokémon. Aquel era el recinto más grande y por regla general, el más atestado. Dimos tres cuartos de ronda de reconocimiento antes de sentarnos a comer (yo bocadillo casero y ellas yakisoba, también traído de casa) en el pabellón de comida. Ahí descubrimos el sitio que sería nuestro puesto de “me aburro”: el stand de tictacs, que servía tictacs gratis de menta, fresa, cereza y naranja. Tras unas cuantas veces descubrimos que el de fresa era el más rico e intentábamos siempre coger de ese. Y al momento de escribir esta entrada tengo el bolso lleno de tictacs todavía, así que imaginad las veces que pasamos.
Después de comer nos acercamos a ver el concurso de cosplay, que ofrecía puestos en concursos internacionales de diversos lugares. Aquellos cosplays estaban muy lograds, aunque estuvimos un buen rato preguntándonos como era que casi nadie ya llevaba un cosplay de anime o manga y era de casi cualquier cosa. Pero sin duda había mucha dedicación y técnica, tanto en actuación como en la elaboración de los cosplays. Por desgracia era algo muy largo y acabamos cansándonos y volviendo a dar vueltas por el salón.

Encima del recinto de merchandising habían abierto una zona de talleres: había un taller de reiki y de shiatsu, uno de meditación, japonismo, comida macrobiótica y la ceremonia del té. Por desgracia para nosotras, los talleres de masajes estaban completos y nos quedamos sin relajación. Intentamos ir a una charla pero, al estar en catalán, seguimos mirando pabellones.

Había otro dedicado al cosplay y a stands de ciertos podcasts de radio y similares. Existía también alguna que otra tienda, como el stand de sextories que por desgracia no volví a pasar por ahí, porque me quedé con ganas de comprarme algún marcapáginas. A la próxima me llevo el librito también, lo prometo, que siempre se los robo a mis amigas.

Después de muchas vueltas coincidí con mis gemas de cristal favoritas, Brezo, Saül y Carol, que iban de Steven Universe. Era increíble ver el escudo de Saul, hecho con un espejo y que no pesaba casi nada. Me quedé con ganas de una foto ese día, pero cada uno acabó yendo por su lado y a nosotras nos quedaban cosas por mirar (sí, volver al stand de tictacs). Tras mucho tiempo en el salón intentando verlo todo, decidimos volver andando al apartamento. Estábamos a diez minutos del salón, aunque ya habíamos decidido que al día siguiente iríamos en metro. Ir en cosplay no perdona.

SABADO 31- Sayaka


Recordadme por favor que vestirnos de cosplay no es algo que se haga rápido. Nosotras nos habíamos decidido a ir temprano al salón, y yo me había despertado a la hora y estaba vestida cuando llegué al cuarto de María y Marina, que seguían en la cama. Me lo tomé con calma igual, desayunando y acabando de arreglarme mientras ellas se ponían en marcha.


Después llegó el terrible momento del maquillaje. Si nos preguntáis por qué aprendimos a maquillarnos, posiblemente la respuesta sea para el cosplay. María me dio algunos consejos como ponerme primero las lentillas de color antes de maquillarme y sí, es verdad. Mis lentillas son enormes (15mm de diámetro) y para alguien nada acostumbrada a las lentillas y además con unos ojos pequeños, era un suplicio ponérmelas. Cuando acabé me lloraban los ojos, así que me fui poniendo el gorro de peluca y empecé a ponerme corrector y base, antes de seguir con los ojos y el pintalabios. Para cuando salimos eran las 11 y nuestras esperanzas de no hacer cola se esfumaron nada más llegar.

Y aquí viene lo gracioso.

Nos colamos.

Sin querer.

Salimos del metro y no sabíamos donde empezaba y donde acababa la cola, así que mientras buscábamos y seguíamos una fila, encontramos un hueco y nos colocamos. Y como nosotras, varias personas detrás nuestro. Nos quedamos ahí y aunque me sonaba muy raro que la cola diera toda la vuelta al recinto, lo dejamos estar. Hasta que escuchamos a los de delante decir que llevaban 2h30minutos de cola y nosotras llevabamos apenas 30 minutos. Agradecimos al cielo esa extraña fortuna y nos quedamos ahí durante el resto de la cola, que por suerte ya no fue tanto.

Aquel día fue entretenido, porque cuando vas con un cosplay que te has currado, la gente suele agradecertelo con fotos. Sobre todo me hizo ilusión ver que la gema de alma que tenía que pegarme al estómago aguantase en el 90% de las fotos (en una se me cayó). Ah, la cinta de doble cara funciona bastante bien para estas cosas, niños.


Tras un largo día dando vueltas, intentamos ir a pedir comida a la hora en la que todo el mundo, en el día más lleno, estaba en el salón. Hicimos cola durante dios sabe cuanto y cuando llegamos al final, no había arroz con curry que era lo que quería comer Marina. Al final, sobre las cinco decidimos que el día había sido muy largo y volvimos a casa, total, el salón estaba a reventar, teníamos muchos objetos y yo, la mujer que llevaba el bolso de las 3, estaba cansada. Aunque por suerte yo iba de plano, jeje.

La noche la dedicamos a ir al cine a ver rocky horror picture show, peli de culto por excelencia, y ahora mi novio me odia por ello (el pobre, admitámoslo, es muy rara, pero es genial). Nos acostamos muy tarde y decidimos que el domingo iríamos tarde al salón.

DOMINGO 1.- Yuri (King of Fighter)


Desperté sobre las 11 y me quedé en la cama leyendo porque no me quedaba otra, hasta que Marina y María despertaron en el salón. Aproveché y preparé mis bocadillos de embutido para el salón y, como ya no comía más allí, me desayuné el resto de embutido. Porque me paso los informes de la OMS por el forro.

El cosplay de Yuri era muy sencillo de ponerme, y tampoco había que maquillar demasiado. Base, unas sombras color tierra, pintalabios Nude y ya estaba. Cuando terminé me puse el flequillo y la cinta roja en la frente, y ya estaba hecho. Es lo bueno de tener pelo castaño y lo bueno de las extensiones de flequillo (que adoro sobremanera).


Tras comer llegamos al salón sobre las 4, y la verdad es que desearía haber llegado un poco antes. Pese a conocerme ya de memoria las tiendas, el domingo no dejaba de ser el día en el que hacían un poco de descuento, y aún me quedaban cosas que comprar: regalos y algún fanart. Por otro lado, algunas cosas no pude comprarlas porque se agotaron (una bolsita de chapas sorpresa que tenía dibujado un eevee, soy predecible) y otras podría haber caído pero no tuve tiempo para la tentación. Además yo salía antes porque cenaba fuera con Martín, lo que me dejó menos tiempo que María y Marina en el salón. Ellas aprovecharon las ofertas de último momento de la cafetería para ponerse como cerdas y yo me quedé con algunos fanarts, muchos fanzines y ganas de más.

Por lo menos volví a casa contenta, con emoción y energías, y sabiendo que el salón del manga de Barcelona es uno de los salones donde mejor lo paso, pese a que me duela pagar todo lo que hay que pagar para ir allí. La visita es totalmente recomendable para los fans del manga y el anime y ya casi tengo que pensar los cosplays del año que viene.

Alguno reciclaré. Por mis narices que alguno reciclo. No me he cosido sayaka a mano para nada.

¿Vosotros habéis ido alguna vez al salón del manga? ¿Qué es lo que más os gusta de estos sitios?

Pronto entradas individuales hablando de cada cosplay, ¡porque si no hablo de ellos no soy feliz!

¡Un besín!