Hoy os subo una reseña de un libro que llevaba mucho tiempo queriendo leerme, pero con los exámenes y todo, me ha costado mucho leerlo, y más hacer la reseña, dejando el grueso del trabajo de la senda de Bast a mi dragona y a Devi, de No Todo lo que Sueñas es Fantasía (que deberíais pasaros ya a leer porque es un blog genialoso). Muchísimas gracias chicas, a saber lo que habría hecho sin vosotras.
Bueno, ya basta de agradecimientos. El libro del que voy a hablaros es La Pirámide Roja, un libro que habla sobre el antiguo egipto... o más bien sobre lo que queda de él en el mundo moderno. Carter es un chico que viaja con su padre, un famoso arqueólogo, por el mundo. Vive con todo lo que necesita en una maleta, sin detenerse, y con unos modales y unas formas que no parecen para nada las que debería tener un chico de 14 años... sí, demasiado formal.
Todo se tuerce de repente, cuando su padre hace estallar la piedra roseta, y deja a él y su hermana Sadie una misión que sin duda alguna ninguno de los dos quiere. Nadie podría querer eso, a fin de cuentas.
El libro sigue con el estilo de aquellos de Percy Jackson, una misión, un ultimatum y un sinfín de aventuras. Sin embargo, es un libro más grueso que el de sus compañeros, se toma un inicio más relajado y tarda un poco en ponerse en movimiento, sin embargo, lo que nos cuenta en esos momentos menos dinámics tiene un valor en la trama, y pronto ves que toda pieza que nos da tiene su información. Por ejemplo, la costumbre de vivir en el lado Este de los ríos.
Este libro cuenta una historia en sí mismo, turnándose la narración entre Sadie y Carter. Como hermanos que son, estos no dejan de pelearse, ni siquiera durante la narración.
Oh, pero es que tampoco es una narración peculiar. No, es una transcripción, de una cinta que ha sido distribuida, en la que Sadie y Carter nos piden su ayuda, literalmente. Y eso lo hace más emocionante. (Aunque bueno, menuda memoria tienen estos chicos, y yo incapaz de saber qué he comido).
A medida que avanza la historia vamos aprendiendo más y más del mundo de la magia, de los hechizos y los dioses. Y, por supuesto, sobre los personajes. Me ha encantado la relación de Sadie y de Carter, me ha gustado su profundidad, el verlos evolucionar a lo largo de la trama, cómo lo que les preocupaba al principio no es lo que les preocupa al final, y como toman decisiones de adulto cuando apenas son unos críos.
Pero, sobre todo, debo alabar su valor.
Sin duda alguna, también vamos a encontrarnos dioses. Está Bast, mi favorita sin duda, tenemos a Horus e Isis en la cabeza de nuestros protagonistas, a Tot y Set... Y todos con su personalidad y sus problemas. Y Anubis... Anubis es genial, es un caso aparte y es mío.
Lo que más me ha gustado es que, a pesar de ser un libro introductorio, casi no lo parece. Claro, muchas cosas se quedan en el aire, pero otras se cierran tan bien, todo parece de golpe tan bien colocado, que casi me atrevo a decir que se podría leer como un libro solo. Pero... ¿por qué hacerlo? Cuando puedes disfrutar de todos los libros de esta saga.
No sé qué más decir de estos libros. Que tienen acción, te hacen pensar, y hasta solté una lagrimilla con ellos. Que te ponen el corazón en un puño como solo Rick Riordan sabe hacer, entre comentarios cómicos y preocupaciones varias. Que tenéis que leerlos, porque no he visto que reciban el amor que se merecen, que es mucho.
Así que, recordad, a la orilla Este del río, que es el lugar de los vivos.